Es parte de crecer, Timmy ...

¿Crees que la vida de “adulto” te está dando una bofetada en la cara? ¿Crecer es demasiado difícil? ¿Cómo balancear la vida emocional, el trabajo, la escuela y tener una vida saludable?

La vida universitaria puede llegar a ser complicada, estresante, dramática e inesperada. Pero ¿Cómo lidiar con esto?

Hoy corazones te doy algunas claves para tener un poquito más de paz mental y que rindas más en tu camino

1) No seas un matadit@

Todo necesita ser un balance y si tratas de sobre cargarte de cuestiones escolares descuidarás otros aspectos de tu vida, siempre es bueno darse un respiro, si te saturas te estresas y si te estresas simplemente no rindes; ojo! No te estoy diciendo que te vayas a la vida loca pero simplemente trata de verlo por este lado, tu paz mental es invaluable.

2) Dedícale tiempo a tus seres queridos

Por muy agobiado que estés en la escuela tómate tu tiempo para quien siempre se preocupa por ti, sea tu mamá, tus hermanos, tus amigos, tu pareja, etc. Nunca sabes cuándo será el último momento en el que puedas disfrutar con esas personas. ¡Déjate apapachar!

3) Medita

Sácate esa idea trillada de que meditar es solo para los budistas o religiosos, la meditación es una poderosa arma de poder mental que puedes usar a tu favor y aunque parezca muy complicado, no lo es, incluso existen apps que te enseñan una forma muy básica de meditación pero que da grandes resultados, verás que eso hace la diferencia. (Headspace es una de ellas)

4) No te veas como alguien pobre

Si reconoces la carencia de algo en tu vida, no necesariamente de algo material, automáticamente te estás proyectando como alguien pobre, no todos tenemos la misma circunstancia de vida y no todos tenemos lo mismo en la misma medida, pero acepta aquello de lo que eres poseedor (amor, amistad, salud, etc.) y valora lo que tienes porque cuando aprender a valorar los pequeños aspectos de la vida dejas de ser pobre e infeliz y te conviertes en una persona rica y con una tremenda sonrisa en el rostro.

No eches en saco roto lo que la tía te dice, porque no es más sabio el que es más viejo, es más sabio el que ha vivido más.